Escultura, Arte y Música

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miércoles, 31 de julio de 2013

Un concurso más...


Hace unos días se dio a conocer el fallo del jurado en la 74 Exposición de Artes Plásticas de Valdepeñas. El primer premio fue para Tania Blanco, con “To the Nucleus”, una pintura de formato circular.

Al certamen se presentaron 320 obras, seleccionaron 52 pinturas y 24 esculturas, entre las cuales estaba una de las esculturas que presenté, la obra “Homenaje a Malevich”.

Que te seleccionen en determinados concursos, es un orgullo, sobre todo, cuando hay tantas obras presentadas, aunque parezca que no tiene importancia.

La verdad, es que cuando llevas tu obra a un concurso esperas algo más, pero el que no se consuela es porque no quiere. Yo vuelvo a ver la botella medio llena y pienso que la media es buena, que tu obra ha merecido estar en la exposición que se inaugurará el 1 de septiembre y que compartirá espacio con las demás seleccionadas.

En el 2014 serán 75 años de esta convocatoria que continúa a pesar de la crisis, porque el arte, aunque se empeñen algunos en dejarlo de lado sigue vivo.
 
Yo, lo volveré a intentar...

 
Homenaje a Malevich

miércoles, 24 de julio de 2013

From The Cradle // Gotelé


Siguiendo con este espacio dedicado a lo que se está haciendo en Ávila, hoy toca Gotelé, un grupo de jóvenes que lucha por meterse en este difícil mundo de la música.

Llevan ya unos años componiendo y realizando conciertos con su música y con versiones clásicas del rock y el blues.

Dos guitarras, bajo, batería, violín, armónica y una última incorporación de teclados forman una banda que espero que no tardemos en verles recorrer nuestro territorio.

Hacía tiempo que  quería incluirles en From The Cradle, pero aún no he encontrado un buen video para mostraros.
 
Pero...

No me resisto a incluirles en este momento, pues hace un par de días les he visto actuar en Ávila, y la verdad es que hacía tiempo que no veía un concierto tan completo.

Buena música y buenas voces, dominio de la escena y los instrumentos, y un sonido que me recordó a unos de los mejores conciertos que he visto en mi vida, cuando vi por primera vez a The Who.

Si, ya sé, no son comparables, ni pretendo elevar a Gotelé a los altares, pero el sonido que allí escuché, penetró por todos los poros de mi piel, como me sucedió en aquel concierto.

El lunes escuché y vi todo un espectáculo, donde el buen rollo entre el grupo y sus incondicionales se transmitía al resto del público.

Se me hizo corto, como suele suceder con los grandes conciertos. Y tan solo espero que este sea la continuación de otros conciertos en los que Gotelé nos haga vibrar.

Chicos, tened mucho cuidado con lo que hacéis en el futuro, pues habéis puesto el listón muy alto.

Mucha suerte en el lanzamiento de vuestro disco y seguir trabajando…

Como es costumbre en estos post, suelo incluir un video de quien hablo, pero lo que encuentro no tiene nada que ver con lo que el lunes yo escuché. Prometo, que cuando tenga un video con buen sonido lo cuelgo.

De momento os dejo con The Who y con una foto del concierto robada de Facebook
 
Foto Cristina Pereira
 
 
 

viernes, 19 de julio de 2013

Acuarelas


Siempre hay algo que te puede alegrar el día, cosas que para otras personas carecen de sentido e importancia, pero para mí, esas pequeñas cosas son las que dan sentido a mi vida.

Hace unos días en una red social aparece, que próximamente se impartirán clases de acuarela en Ávila, más concretamente en “Brujanovata”, una tienda de regalos que regenta un hermano mío, Fermín López. 

Por fin se decide a enseñarnos, cómo hacer unas buenas acuarelas, una técnica que no es fácil de dominar.

Si he de ser sincero, la acuarela no ha estado nunca entre mis preferencias. Siempre me pareció una técnica blandita, cursi y ñoña.

Mi ignorancia, y el no conocer a verdaderos acuarelistas, me hacían estar equivocado.
Veía acuarelas que no me decían nada, que no me hacían vibrar, acuarelas técnicamente perfectas que no llegaba a registrar en mi mente. Al fin y al cabo, estas cosas suelen pasar por mero desconocimiento.

Desde niño, siempre he visto a mi hermano con un lápiz, un boli o un pincel, dibujando, y cuando eres pequeño hay cosas que absorbes de tal manera que nunca olvidas, como el llegar del colegio y verle a él y a mi madre “liados” con el lienzo o el papel.

Como decía antes, la acuarela nunca me llamó la atención, pero eso es el pasado.

Ahora viendo las acuarelas de mi hermano, la cosa es diferente. Observo un gran dibujo, una buena elección de temas y composición y una técnica formidable.

Ahora veo acuarelas con carácter, rotundas, y esa cursilería o ñoñería que yo veía antes se ha convertido en sensibilidad y buen gusto.

Ahora me doy cuenta que fui injusto con la acuarela, tan solo porque no supe esperar el momento.

Ahora todos tenemos la oportunidad de aprender una técnica con una persona que trabaja la acuarela, la domina y la siente, haciendo que otros valoremos esas pequeñas cosas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Por cierto, descubrí a Serrat gracias a mi hermano Fermín
 
 
 
 

jueves, 4 de julio de 2013

A quien corresponda...


Agosto de 2009, tras un tiempo de demora (en el cual el Ayuntamiento de Ávila decide dónde ubicar la escultura en cuestión), por fin es instalada. Unos días más tarde se le aplica un chorro de arena a la pieza para que comience a oxidar de manera uniforme. Parece que la cosa va bien y la escultura va cogiendo una buena pátina. Tan solo queda acondicionar el suelo y tapar el hormigonado de la zapata con tierra, para que vaya creciendo hierba y se iguale con el entorno.

La escultura está instalada en su lugar, está cobrada y podría parecer que está terminada.

Julio de 2013, casi cuatro años han pasado y lamentándolo mucho, no puedo decir que doy por terminada la escultura.

No entiendo las razones que puede tener el Ayuntamiento de Ávila para no terminar de acondicionar el terreno, por mi parte me he puesto en contacto con ellos hace tiempo y no encuentro respuesta de ningún tipo.

No se trata de enlosar el suelo, ni de poner bancos alrededor, ni de gastar un dineral en parafernalias que no van a ningún sitio. Simplemente es cubrir de algo tan barato como la tierra, la base de la escultura, y eso no creo que el ciudadano lo note en sus bolsillos.

A veces me dan ganas de llenarme los míos de tierra e ir arrojándola por ese hormigón, como todos hemos visto en algunas películas carcelarias, pero ese no es mi cometido, esta tarea la debería hacer quien encargó la obra, y quien debería respetar lo que pagó.

A lo mejor estoy equivocado y todo es cuestión de tiempo, y este es un tipo de hormigón que permite el crecimiento de hierba o, a lo mejor, y probablemente sea así, este se termine mimetizando.

Yo no doy por terminada la escultura porque falta integrarse por completo en su entorno y no me puedo creer que algo tan evidente no llame la atención a nadie.

Si cuidamos otros entornos de esculturas instaladas en otros lugares ¿Qué tiene esta escultura a diferencia de otras? ¿La obra en sí? ¿El autor? ¿Su ubicación?

Si es esta última pregunta, considero que aún más motivo para hacerlo, pues esta es de las pocas esculturas que hay en Ávila que son “transitables”, a diferencia de otras que se sitúan en rotondas.

Por mi parte seguiré esperando, confiando que algún día, el encargado de estas cosas decida echar un poco de tierra.