Han
pasado ya unos cuantos años desde que Capa Esculturas me recibiera como autor
en las galerías que posee en Madrid y Bruselas.
Cuando
estaba estudiando, había oído hablar de Capa Esculturas, de su fundición y su
trayectoria, que avalaba a una empresa, para mí en esos momentos tan lejana.
No
fue hasta unos años más tarde de terminar mis estudios, cuando mi labor de
diseñador de interiores fue dejando paso a lo que hoy en día es mi actividad y
mi pasión. La escultura.
En
los años que pasé realizando decoraciones siempre traté de incorporar en los
proyectos, elementos escultóricos como parte de un todo. En ocasiones las
esculturas que realizaba eran obras meramente decorativas, otras por el
contrario eran claves para entender el proyecto.Con el paso del tiempo, y al no encontrar los elementos lumínicos adecuados, opté por diseñarlos y realizarlos yo mismo.
Lo que son las cosas del destino o la casualidad. Esto me adentró en un gremio que conocía por las ferias de artesanía que se realizaban en mi ciudad.
Incorporado de lleno en la artesanía, comencé a participar en ferias con una buena aceptación de mis lámparas y apliques.
En mi stand siempre diferencié lo artesano con lo artístico, llevando siempre a las ferias las esculturas que realizaba en el taller.
Evidentemente, mi experiencia como escultor quedaba plasmada en los diseños de las lámparas y otros objetos que realizaba.
Fue la escultura, la que me acercó a Capa. Escultura de la que disfrutaba cada vez más.
Una vecina de la casa de mis padres, que era pintora, se pasaba habitualmente por mi stand a ver la última obra que tenía en esos momentos, observaba las piezas con gran cariño y adquiría de vez en cuando alguna.
Un día me acercó al stand la dirección de una galería de escultura, relativamente nueva que se encontraba en Madrid, y que ella habitualmente visitaba. Me comentó que les había hablado de mí, de la escultura que hacía, y que si admitían nuevos autores.
Con la dirección en mi poder, preparé un dossier de fotografías de esculturas y una carta de presentación. Unos meses más tarde me uní a las galerías de Capa Esculturas.
Gracias a “Mariló”, entré en Capa, no porque ella me recomendara y no porque conociera allí a nadie. Simplemente era una apasionada del arte, creyó en mi escultura y me proporcionó ese consejo, ese pequeño empujón que a veces necesitamos en determinados momentos.
Ya
dentro de Capa Esculturas, he tenido la oportunidad de conocer, aparte de a su
personal, una de las pocas galerías que
vuelcan su esfuerzo en la escultura.
El
alma de esta empresa es Eduardo Capa, que a pesar de no conocerle
personalmente, para mí es suficiente saber del trabajo que ha hecho en este
país por la escultura.
Os
dejo un enlace muy interesante de unas conversaciones con el maestro Eduardo
Capa, merece la pena.
http://vimeo.com/9572466
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