Escultura, Arte y Música

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lunes, 25 de junio de 2012

Preguntas II

Tras dos semanas en coma, el artista Norman Jacksey de cuarenta y nueve años, murió de una parada cardiaca, ayer a las 16,50h.
En una rueda de prensa, la dirección del centro, informó a los numerosos medios de comunicación que allí se congregaron, los detalles de su fallecimiento.
Jacksey comenzó su carrera artística cuando contaba con diecinueve años de edad en su localidad de natal.
Sus primeros años, después de su salida de la facultad de bellas artes, produjo numerosas obras que se expusieron en pequeñas galerías de arte y algún que otro centro cultural.
Su obra pasó desapercibida durante mucho tiempo.
A los cuarenta años, Norman sufrió un accidente doméstico que le produjo graves lesiones en su brazo izquierdo y en la cabeza.
Bastaron dos meses para que el artista, totalmente recuperado de su brazo,
se volviera a rencontrar con su estudio, en el que comenzó una nueva etapa artística.
Encontró una nueva forma de lenguaje hasta ahora desconocido, arte con una lectura universal, en el que el más neófito en arte entendía su significado.  Hasta ahora, podríamos considerar, la última tendencia artística. Obras, que la crítica calificó de sublime.
El arte de Norman Jacksey se internacionalizó de tal manera que fue conocido hasta en el último rincón del planeta.
Había nacido un nuevo hombre del renacimiento. Gran creador, excelente comunicador, y amable con las personas que se acercaban a él.
Ocho años de constante trabajo, a pesar de sus tremendos dolores de cabeza, secuela del accidente sufrido años anteriores.
Durante estos ocho años; Jacksey se desplazaba todos los meses al hospital para recibir un tratamiento experimental, antibióticos y sesiones de acupuntura para mitigarle el dolor.
Aun así, siguió desarrollando una fructífera carrera, creando y realizando conferencias por todo el mundo.
Con el tiempo sus dolores se le hicieron más insoportables, y paradójicamente, la calidad de su obra aumentaba. Los médicos no se explicaban como era capaz de aguantar esos dolores y seguir trabajando con esa constancia. El tratamiento que le proporcionaban no actuaba correctamente si el paciente no permanecía en reposo físico y mental.
Mientras su obra crecía, su vida se apagaba.
Numerosos especialistas le trataron, y ninguno supo realmente lo que sucedía en la cabeza de Jacksey. Temporalmente le aliviaban el dolor, siendo precisamente ese dolor tan terrible, el causante de su gran poder creativo.
En su primer ingreso largo en el hospital, los especialistas le aconsejaron dejar su actividad, pero el artista se negó rotundamente. Su cuerpo le pedía a gritos hacer caso a los médicos, pero su mente necesitaba seguir creando.
¿Hasta que punto merecía la pena?, pues los últimos años de su vida fueron los más felices.
El colectivo médico no podía permitir sufrir así a un ser humano, aunque por otro lado, ese sufrimiento estaba dando al mundo artístico algo sensacional.
Levemente recuperado, Norman Jacksey se marchó a una casa de campo alejado de su estudio. Necesitaba pensar, no se llevó más que lo necesario para pasar un par de semanas.
¿Los médicos actuaron bien al permitirle salir del centro hospitalario?

A los doce días, su hermano  (que era a su vez su representante en Europa), al no contestar sus llamadas, se presentó allí para comprobar que estaba bien.
La puerta del garaje estaba entreabierta y el coche en marcha, Ben Jacksey pensó en lo peor, y así fue, encontró a su hermano inconsciente dentro del coche. Una manguera que salía del tubo de escape, llegaba a una de las ventanillas medio sellada con trapos…

Dejó una carta dirigida a su hermano en la que decía:

“Querido hermano:

No sé si me equivoco, pero llega un momento que no puedo aguantar este insoportable dolor, y creo que ha llegado la hora de acabar con este sufrimiento.
Conseguí convivir con el dolor, sacar de él algo bueno, siempre busqué el lado positivo de las cosas, pero no puedo más.
No se si será un acto de cobardía. Lo que si te puedo decir, es que tengo miedo.
He sido feliz estos ocho años y he dado todo lo que tenía dentro.
Como sabes, después del accidente cambió mi vida y no quiero volver atrás, no soportaría dejar de crear, pero he pensado sobre esto en muchas ocasiones y no sé si mi obra es sincera. El golpe en la cabeza, los medicamentos, el tratamiento, y el dolor. ¿Soy yo realmente, el de estos últimos años?

Te pido perdón por tomar esta decisión.
Te quiere tu hermano Norman”


Nos dejó un gran artista y una gran persona, y su legado pasará a ser patrimonio de la humanidad.

¿Su obra, realmente fue fruto de un accidente, de la casualidad o de un insoportable sufrimiento físico?  

“Norman Jacksey nunca existió. Este relato es pura ficción, aunque, podemos encontrar similitudes en la vida de ciertos artistas presentes y pasados”...

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