Escultura, Arte y Música

Escultura, Arte y Música



lunes, 27 de febrero de 2012

La necesidad del arte

En el mundo del arte, a menudo nos encontramos con multitud de personas que tienen miedo, o cierto complejo a la hora de expresar sus emociones cuando se encuentran frente a una obra. Esto les provoca un rechazo hacía el trabajo de artistas, que han demostrado a lo largo de la historia una labor intachable.
Por supuesto que esto se acentúa cuando estamos hablando de arte contemporáneo.
Ningún mortal tiene la obligación de que una obra de arte sea de su agrado. El arte se estudia y se adquieren unos conocimientos que nos hacen aumentar la sensibilidad hacía este mundo. No por eso, las personas que no se han formado no tienen esa sensibilidad necesaria para apreciar el arte.
¿Cuál es tu color o comida favorita? ¿Por qué esa escultura te gusta?
Estas preguntas por lo general tienen una respuesta que el receptor de la misma no sabe explicar. No hace falta haber leído “La interacción del color” de Josef Albers, tampoco es necesario haber estudiado en una escuela de cocina, ni haber leído “La escultura, procesos y principios” de Rudolf Wittkower para expresar unas emociones íntimas.
En muchas ocasiones me he encontrado con personas que aún gustándole un cuadro, no serían capaces de colgarlo en su casa, y la respuesta que más he oído es: “me gusta, pero es que no lo entiendo”.
¿Tenemos que buscar una explicación a todo? Rotundamente ¡no!
Si algo te gusta, disfrútalo y nunca pienses lo que te puedan decir las personas cercanas.
El patrimonio que estás adquiriendo te está enriqueciendo como ser humano.
¿Por qué, no tienes ese recelo, si tuvieras la oportunidad  de colgar en tu salón un “Picasso”?
Si no te gusta. No lo entiendes. ¡Ah! es que es, un Picasso, cuesta mucho dinero y me da nivel.
Picasso me gusta, pero tiene obras que por mucho dinero que cuesten no pondría nunca en mi salón. Evidentemente, otras si que las colgaría. Una obra es para disfrutarla, como disfruto con los cuadros y las esculturas que tengo en casa.
He comprado, me han regalado, y tengo la suerte de haber conocido a artistas con los que he intercambiado obra y realmente el resultado es enriquecedor. 
Entrar en casa, recorrer el pasillo o sentarme en el salón y observar lo que tienes a tu alrededor es una satisfacción que me resulta difícil explicar con palabras. Simplemente observo, me relajo y disfruto con el buen hacer de artistas que han querido compartir con el mundo parte de su intimidad.

               ¿No creeis, que no merece la pena olvidaros por un momento del mundo observando algo así?


"Cálido atardecer" de Martina Dasnoy

jueves, 23 de febrero de 2012

Música y artes plásticas

Como es evidente en este blog, además de la escultura me gusta la música y admiro a la gente que es capaz de dominar un instrumento y componer buenas canciones. La música no deja de ser un arte más, lo bueno que tiene, es que podemos disfrutar de ella en cualquier lugar y si encima podemos asistir a algún concierto, mejor.
El creador de una pieza musical, al igual que el artista plástico, es dueño de su obra, ambos han trabajado durante mucho tiempo para poder sacar a la luz una parte de ellos, han estudiado durante años, perfeccionando su estilo y depurando técnica, siendo su arte su elección de vida.
Ahora, vamos a imaginar un poco.
¿Os imagináis que cada vez que una persona asiste a una exposición tuviera que pagar unos derechos al artista? ¿Que cada vez que viera esa escultura o pintura, tuviera que pagar unos derechos? ¿No os parece absurdo? Si de mi obra se habla en los medios o se publica una reseña en un periódico ¿No tendría que estar contento? Es promoción.
Nunca llegaré a entender por qué un medio de comunicación tenga que pagar unos derechos a un artista de cualquier disciplina, sea músico, escultor, escritor o poeta, por difundir su obra. Estaría encantado que mientras tú te tomas un café en un bar, pudieras ver en su pantalla de televisión mis esculturas o las de cualquier otro artista. 
 ¿El trabajo de un artista plástico vale menos que el de un músico?
Cada especialidad tiene sus ventajas e inconvenientes. Yo para realizar una exposición tengo que adquirir un material, necesito herramienta y un taller. Al cabo de unos meses, acabada la obra, tengo que presentarla en alguna Galería, en algunas, aparte de una comisión sobre las ventas te cobran por exponer.
Ahora viene lo difícil, que la escultura se venda. Si se vende, no vamos mal, si no es así, todo el esfuerzo que has hecho ¿se va al traste? Yo creo que no, por mi parte es la opción que he elegido, me podía haber dedicado a otra cosa, he aceptado las normas y seguiré mientras pueda, haciendo lo que me apasiona.
Me reafirmo en el principio del texto afirmando mi absoluta admiración por la gente que se dedica a la música, esperando que algún día todas las artes sean tratadas por igual. 

miércoles, 22 de febrero de 2012

Leonardo y su Tratado

Hace unos días se presentó en Madrid “La Gioconda del Prado” y como no, aparecen los debates en los que se dice que la copia supera al original. Todas las opiniones son muy respetables, (también debemos tener presente quien hace esos comentarios) pero desde mi punto de vista, una copia nunca podrá ser mejor que el original, pues el creador de una obra de arte es que dio vida a esa idea.
Esta noticia me hace retroceder en el tiempo y recordar la “mala leche” que se me puso cuando leí el”Tratado de la pintura” de Leonardo Da Vinci. Es cierto que es un libro muy interesante y que todos los que nos dedicamos al arte deberíamos tener. En algunos de sus párrafos Da Vinci cuestiona la escultura frente a la pintura, defiende su postura argumentando la superioridad de esta sobre todas las artes. Es cierto, como dice Da Vinci en su Tratado, que hay ciertos temas que en una escultura es muy difícil o imposible desarrollar, como por ejemplo un paisaje. Pero, ¿Es posible en una pintura abarcar todos los puntos de vista de un objeto? ¿Que problema hay si un escultor se mancha o tiene que cargar peso? Son varias las reflexiones además de estas, que realiza sobre la escultura en las que sintiéndolo mucho no puedo estar de acuerdo.
Leonardo Da Vinci fue ante todo un gran maestro. Probablemente si hubiera tenido la oportunidad de terminar la estatua ecuestre de Francisco Sforza no tendría esa obsesión con la escultura. Aquel gran proyecto se vio truncado al ser usado el bronce que se necesitaría para fabricar cañones para salvar Milán de los Franceses.
Otro aspecto significativo fue su coincidencia en el tiempo con Miguel Ángel, mucho más joven que él, y con el que no guardaba “una buena amistad”.
Volviendo a su “Tratado de la pintura”, es un libro muy recomendable, sobre todo porque es la visión de un gran artista del Renacimiento italiano.
Por mi parte, seguiré haciendo escultura, aunque aquel paisaje con verdes prados no lo pueda realizar en acero. “De momento”  





martes, 21 de febrero de 2012

Primer saludo

Dedicarse a la escultura nunca fue tarea fácil, sobre todo en estos momentos en los que vivimos. Llegar a vivir de esto, tan solo lo pueden hacer unos privilegiados.
Ahora más que nunca, todos los escultores, pintores y todas las personas que se dedican al mundo del arte, debemos esforzarnos en sacar lo mejor de nosotros.
Históricamente los tiempos difíciles fueron buenos aliados del arte y hemos de comprometernos en seguir los pasos de la historia. Reconozco que las circunstancias actuales no ayudan, pero no tenemos más remedio que continuar haciendo lo que sabemos aunque sea a tiempo parcial. Si es así, no defraudaremos a los que han seguido nuestra trayectoria y a quienes confiaron y apostaron por nuestro trabajo.